Los tres tiempos verbales
se dividen en dos: Presente.
No hay parametro posible de medida que logre conjugar esto.
Este hoy calmo que se detiene frente a mí
y me muestra su rostro y su agonia.
Me exige no sólo pensarlo y resolverlo,
sino disolver su angustia.
Me exige a mí.
Es la vida misma.
Un rostro en el espejo que es su propia desventura.
Yo Soy el Di_s y mi reflejo el hombre que me reclama el desdén.
Me dice: presente. Como cuando en el colegio te nombran y si estas respondes: "presente".
Y Di_s se vuelve hombre o jamás se distinguen. El olvido también configura un mundo y la historia (oh, artilugio de olvidadizos) lo confirma.
La irreverencia de todo lo vivo es su necesidad.
Y la necesidad de Di_s-hombre es rescatarse a sí mismo de sí mismo.
La paradoja es el equilibrio.
Hoy no termina (ni empieza) con la caida del sol. El presente se traduce en número y sólo logra tener una expresión que parece atorarse en el ciclo y desespera: uno (presente).
Berlin 11-sep-'07
Tuesday, September 11, 2007
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1 comment:
¡Me lleva...!
Yo que rehuyo por norma personal leer autores contemporáneos me veo obligado por las circunstancias. (Eso sí, preferentemente no premios literarios ni crackeros.)
Gracias.
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