Friday, June 06, 2008

Sedición

Nous massacrerons les révoltes logiques

A Rimbaud

Desde la más adelantada de todas las A

y desde la Z más arrastrada de la lengua

el viento viene girando calmo

y dispone sobre los órdenes

una nueva pregunta ingenua.

Gira el centro magnético de la tierra,

nos hace voltear la cara.

Las lechugas se divierten tejiendo orlas de viento a grandes velocidades,

los árboles se toman en serio su papel de vigilantes,

gritan a todas voces:

Quil vienne, quil vienne,

Le temps dont on s’éprenne”.

las vírgenes comen mariscos

y los santos se embriagan con mezcal en las esquinas.

Un sabio tira las cenizas de su cigarrillo sobre su libro

y las luciérnagas iluminan el agua por dentro.

“Hemos tenido a bien documentar la escena”,

dice un ciego encendiendo una linterna.

El violador madruga

para mirar entre los niños del colegio

a su posible crío.

El gobernante se quita la mascara

y con ello desnuda al pueblo

y el pueblo entero sonríe al viento

y se funde con el medio día.

París huele a Spree

y Berlín a olivos

Sevilla huele a dinero

e Italia a indigentes y exconvictos.

De entre las rocas fluye el agua

y no hay Moisés que grite o dé golpes

no hay desierto donde no crezcan algas

y no hay Copérnico y Descartes en las aulas.